La Motivación para Empezar a Hacer Ejercicio: Estrategias para Superar la Falta de Motivación

Hacer ejercicio es una de las decisiones más positivas que puedes tomar para mejorar tu salud física y mental. Sin embargo, incluso con los mejores propósitos, muchas veces la motivación inicial se ve obstaculizada por el cansancio, la falta de tiempo o simplemente porque no sentimos ganas de empezar. Equivocadamente, planificamos todo en función de esas ganas de comenzar, sin tomar en cuenta nunca que lo que debe preocuparnos es cómo vamos a enfrentar nuestros proyectos en el momento en que esas ganas locas de realizarlo desaparezcan. Afortunadamente, existen estrategias efectivas que pueden ayudarte a superar estas barreras y crear un hábito sostenible.

¿Por qué es importante hacer ejercicio?

Antes de hablar de estrategias, es esencial recordar los beneficios del ejercicio:

  • Mejora la salud física: Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejora la fuerza muscular y fortalece los huesos.
  • Beneficios mentales: El ejercicio libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que ayudan a combatir el estrés y la ansiedad.
  • Incrementa la energía: Contrario a lo que podría parecer, la actividad física regular aumenta los niveles de energía.
  • Fomenta la disciplina: Crear una rutina de ejercicio fortalece la autodisciplina, lo que impacta positivamente otras áreas de tu vida.

¿Qué hacer cuando falta motivación?

La motivación no siempre estará presente, pero no necesitas depender de ella para actuar. Aquí hay algunas estrategias que puedes aplicar para mantenerte constante incluso en los días en que no tienes ganas de moverte:

1. Empieza pequeño

No es necesario inscribirte de inmediato en un gimnasio o comprometerte a largas sesiones de entrenamiento. Comienza con algo simple, como caminar 10 minutos al día o hacer algunas flexiones en casa. Lo importante es crear el hábito. Supongamos que decides comenzar a caminar. Al final de la semana habrás caminado un total de 70 minutos, en un mes 300 minutos y en un año 3650 minutos de actividad física. ¡Imagínate si en vez de 10, logras hacer 30 minutos al día: 10,950 minutos! Son 182 horas de ejercicio en un año. ¿Te sigue pareciendo poco ahora esa caminata diaria de 30 minutos con tu disco favorito?

2. Establece metas claras y alcanzables

Define objetivos concretos, como “hacer 10 minutos de ejercicio tres veces por semana” o “completar una rutina de yoga de 10 minutos”. Asegúrate de que sean realistas para evitar frustraciones. ¡Recuerda que todo suma!

3. Planifica tu horario

Incluye el ejercicio en tu agenda como si fuera una reunión importante. Elegir un momento específico del día, como las mañanas, 10 minutos antes del café y la ducha o después del trabajo, te ayudará a desarrollar consistencia.

4. Encuentra una actividad que disfrutes

Si odias correr, no te fuerces a hacerlo. Experimenta con diferentes tipos de ejercicio hasta encontrar uno que te guste: Caminar rápido, bailar, andar en bicicleta, practicar artes marciales o incluso jugar videojuegos interactivos que impliquen movimiento. Lo importante es comenzar a moverse.

5. Busca apoyo

Hacer ejercicio con un amigo o unirte a una comunidad puede ser motivador. Tener a alguien que te apoye y comparta tus objetivos te ayudará a mantener el compromiso. no tengas miedo ni vergüenza de decir que has fallado o de pedir ayuda porque sientes que fracasas.

6. Concéntrate en cómo te hace sentir

En lugar de enfocarte solo en resultados visibles como bajar de peso, presta atención a cómo te sientes después de hacer ejercicio. Muchas veces, la energía y la sensación de logro son recompensas inmediatas y maravillosas. Una ducha luego de hacer algo de ejercicio, por corto o largo que sea, te hará sentir estupendo.

7. Premia tus logros

Reconoce tus avances, sin importar cuán pequeños sean. Puedes premiarte con algo que disfrutes, como un día de descanso activo o una nueva prenda deportiva. No todo tiene por qué ser comida

Construyendo un hábito sostenible

La clave para mantener una rutina de ejercicio a largo plazo es la consistencia, no la perfección. Habrá días en los que te sentirás más motivado y otros en los que simplemente no tendrás ganas. En esos momentos, recuerda que la acción precede a la motivación: a menudo, el simple hecho de empezar genera el impulso que necesitas para continuar.

Además, considera registrar tu progreso. Llevar un diario donde anotes cómo te sientes antes y después de cada sesión puede ser una herramienta poderosa para recordarte por qué empezaste.

Empezar a hacer ejercicio no es fácil, pero tampoco imposible. Con metas claras, un plan adecuado y la disposición de actuar incluso cuando no estés motivado, puedes transformar la actividad física en una parte esencial de tu vida. No te enfoques en ser perfecto; en cambio, busca ser constante. Recuerda que cada pequeño paso cuenta y te acerca a una versión más saludable y feliz de ti mismo.